FÍSICAMENTE
Desgraciadamente, los casos de muerte súbita en el mundo se reproducen cada vez con mayor asiduidad: fallecimientos repentinos que, sin avisar, provocar la pérdida de la vida de miles de personas cada año. El perfil de estas personas no está concretado, aunque en muchas de las ocasiones los factores coinciden: joven y deportista. ¿Por qué? ¿Qué causa estas muertes repentinas? ¿Cuáles son los motivos que pueden llevarnos a dicha circunstancia? Hace poco comentaba con una compañera que estudia Medicina Forense como a día de hoy la descomposición de un cuerpo humano es mucho más lenta que hace 20 o 30 años. Mi cara fue de sorpresa, y acto seguido añadí: ¿La alimentación? Obteniendo un gesto de aprobación por parte de mi compañera. Evidentemente no podemos saber cuál es el motivo exacto de estos casos, puesto que ni los más prestigiosos científicos han conseguir "dar con la tecla" de momento. Sin embargo, hay un fenómeno real que invade nuestra sociedad, sumergida en el consumismo y en el comercialismo, llegando de lleno a los alimentos que un día nos ponen por delante. Antaño, y acompañado de su consuecuente falta de avances científicos y tecnológicos, el tratamiento de los alimentos era menor, pero desde una perspectiva de la conservación de los mismos. Con el paso del tiempo, y casi sin darnos cuenta, hemos podido comprobar como alimentos que antes no duraban más de dos semanas ahora tienen la mágica capacidad de perdurar hasta meses. ¿Realmente es algo bueno para nuestra salud? Todos estos conservantes repercuten de lleno en nuestra alimentación, conteniendo sustancias nocivas para nuestro organismo y, principalmente, para el funcionamiento cardiovascular del mismo. ¿Dónde podemos encontrar las mayores cantidades de conservantes en los alimentos? La respuesta es rápida y concisa: fastfood, comida precocinada, salsas enriquecidas en azúcares, envasados, empaquetados,... Igualmente, y como comentábamos al principio de estas líneas, existe cierta vinculación entre el deporte y la juventud. Evidentemente, los factores genéticos de cada persona entra en juego y ni mucho menos, y desgraciadamente, nadie puede conocer en qué momento ni cómo puede darse un caso de muerte súbita. La realización de actividad física de forma moderada y progresiva a lo largo de las diferentes etapas evolutivas contribuirá a un desarrollo orgánico adecuado y asimilable para nuestra fisiología. No obstante, no solo nacemos más o menos fuertes, sino que también nos hacemos a base de una buena alimentación basada en productos frescos y ecológicos, de una actividad física regular y una regulación de hábitos que dejen el estrés lo más de lado posible. Teniendo en cuenta todo ésto, el ser humano también tiene la capacidad de equilibrar esta balanza a veces tan injusta, como en el caso de la ya mencionada muerte súbita, puesto que si aún no tenemos la capacidad de prevenirlo con certeza dispondremos de aquellas herramientas lo más eficaces posibles para evitar una muerte súbita. En este mismo instante descubrimos una palabra clave: desfibrilador. Según la RAE (2015), el desfibrilador es : 1. m. Med. Aparato que aplica descargas eléctricas para restablecer el ritmo cardiaco normal. Fijémonos ahora en situaciones hipotéticas pero reales: un Maestro de Educación Física impartiendo su clase, con sus 25-30 alumn@s en el patio. Se desploma un/a niño/a. ¿Llamar a los servicios de emergencia? Por supuesto. Ahora bien, ¿Sabéis cuanta importancia tienen 1, 2 o 5 minutos cuando existe una parada cardiorrespiratoria? El oxígeno deja de llegar a muchas zonas vitales, pudiendo ocasionar daños considerables a nivel cerebral, pulmonar,... Disponiendo de una formación adecuada en soporte vital y disponiendo en el centro educativo de un desfibrilador podrían salvarse cientos de vidas cada año solo en nuestro país. En otra hipotética situación: entras a una Administración Pública, de pronto te empiezas a encontrar mal y... te desplomas. Todo el mundo te rodea, te atiende, posiblemente realicen el RCP habitual (30+2) pero, ¿Y si fuese necesario una descarga eléctrica lo suficientemente potente para poder reestablecer el ritmo cardiaco normal? He ahí donde vuelve a entrar en juego la magnitud de los desfibriladores. Hoy mismo hemos conocido una noticia a través del Periódico Deportivo MARCA en donde se narra la importancia de estas herramientas salvavidas, consiguiendo reanimar a un jugador del Balonmano Antequera cuando se desplomó en medio de un entrenamiento. Tristemente, son much@s otr@s l@s que no han podido conseguirlo, en donde a muchos se nos viene a la cabeza, quizás, el caso más dramático y sonado de la historia del deporte contemporáneo: Antonio Puerta, jugador del Sevilla C.F. Os presentamos un Programa dedicado a la instalación e información de Desfibriladores en empresas, instituciones, centros educativos y lugares en general interesados en disponer de ellos. Se trata del Proyecto Salvavidas, en donde a través de un sistema de Cardiovending son ellos los que te envían pulseras, fabricadas por Kukuxumusu, las cuales al ser vendidas van recaudando dinero para poder, finalmente, invertirlo en la adquisición de desfibriladores. Desde fisicamente.org nos parece una idea muy original y participativa, en la que con un pequeño esfuerzo de todos podemos conseguir algo grande para muchos. Para más información, os dejamos su Página Web en www.salvavidas.eu, así como un vídeo en el que nos explican cómo poder participar, ya no solo para adquirir desfibriladores, sino para formarnos en esta materia. Igualmente, no queremos finalizar esta entrada sin aportar nuestro granito de arena. Es por ello que desde aquí, lanzamos y creamos el Hastag #DesfibriladoresSalvavidas con la intención de hacerlo llegar lejos. No descansemos hasta que nuestros espacios sean seguros para nuestro corazón. ¡Muchas gracias y buena semana! Maestro Norberto. Norberto Domínguez Jurado
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
CategoríasArchivos
Julio 2019
|